Fuente.- Las Provincias
La patronal de la educación concertada aplaude la decisión de la Conselleria de ceder suelo público para nuevas instalaciones José Manuel Boquet Presidente de la Federación de Centros de Enseñanza
21.11.2010 - E. BARDISA VALENCIA.
Prefiere mostrarse prudente, pero desde que esta semana se supo que Educación tendrá lista de manera inminente la normativa que permitirá la cesión de suelo público para construir nuevos colegios concertados, el presidente de la patronal de centros de enseñanza concertada de la Comunitat Valenciana, José Manuel Boquet, no puede evitar la satisfacción de ver cómo su sueño largo tiempo anhelado se hará realidad en breve.
«Nosotros fuimos los que hace ahora dos años promovimos la iniciativa, con el apoyo total de la Conselleria. Lo extraño es que se haya tardado tanto en tomar la decisión». Aunque considera que ha habido cierta «indecisión» no se aventura a achacarlo a motivos políticos o burocráticos, «lo cierto es que se ha retrasado demasiado. Ahora las cosas ya están en marcha, ojalá lleguen a buen puerto».
Ante las críticas que recibe este modelo de determinados sectores, Boquet es contundente: «Es una cuestión razonable simplemente porque es la demanda social de las familias la que pide la construcción de más centros. Y gobierne quien gobierne tiene que responder a esas peticiones».
Con retraso o no, lo cierto es que, aunque la normativa se aprobara antes de que acabe el mes, «los plazos para tener los centros listos en septiembre van a ser ajustadísimos», aventura. Según la experiencia de Madrid, donde el modelo ya lleva en funcionamiento siete años, «la tramitación burocrática es de prácticamente cinco meses, lo que nos dejaría solo otros cuatro para la construcción».
Reconoce que trabajar con esa premura no será fácil, «pero tampoco imposible». Y explica que la edificación es perfectamente factible en tan poco tiempo a base de construcciones modulares «que no prefabricadas. Pero también hay que preparar el material primero por lo que insisto en que no se pueden descuidar esos plazos».
Cuando se le pregunta cuántos empresarios hay dispuestos a invertir no duda un instante: «Muchos. Los suficientes como para cubrir las necesidades», asegura.
Aunque aún no se ha confirmado la cifra exacta de centros que se construirán por este sistema, probablemente estarían entre los 12 y 16 -3 o 4 de ellos en Valencia capital-. Aún así, Boquet asegura que seguirá habiendo desequilibrio. «Desde 2003 la Administración ha construido 365 centros públicos y la concertada apenas una docena. Si tenemos en cuenta que nosotros atendemos la demanda del 30% de la población escolar, deberíamos haber edificado 120 nuevos colegios. En su lugar, estamos en la décima parte», se lamenta.
Respecto a quienes critican que la adopción de este sistema convertirá la educación en un negocio, el presidente de Feceval es tajante. «No nos engañemos. La enseñanza, como todas las actividades, cuando se gestiona de forma privada es mucho más eficiente tanto desde el punto de vista de la calidad como en rendimiento económico. Eso sí, el empresario nunca deberá lucrarse en el ejercicio del servicio que se le ha cedido, que en nuestro caso sería la enseñanza reglada».
Elegir proyectos educativos
Por ello apunta que hablar de «mercantilización» es un error. «Simplemente comparemos los presupuestos de una enseñanza y otra y veremos que la pública es mucho más cara que la privada porque no se gestiona eficientemente. Así de simple y así de fácil», explica.
Boquet se defiende también de los argumentos que califican a la enseñanza privada o concertada de «elitista». «Una familia que no tenga medios económicos en absoluto puede acudir perfectamente a nuestros centros. Otra cosa es que opte por la pública porque allí encuentre servicios gratuitos, como el comedor y el transporte, que la concertada no tiene subvencionados». Y como ejemplo de integración recuerda el ejemplo del colegio concertado Santa Cruz, de Mislata, «donde casi el cien por cien de los alumnos son inmigrantes».
En cualquier caso, insiste en que la elección de las familias no debe hacerse en términos de centro público o concertado, sino de proyectos educativos. «Lo que ocurre es que pocos públicos lo tienen definido».
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